A lo largo del día, cientos de visitantes se acercaron para realizar la visita guiada y para ver las actividades de la vida cotidiana que los Ositanos realizábamos.
El horno de pan no dejó de funcionar y fueron muchos los que pidieron probar lo que de él iba saliendo.
El telar, el torno alfarero y el comerciante desarrollaron su trabajo durante toda la jornada y los guerreros fueron los encargados de recibir a los visitantes a su llegada al yacimiento.
Disfrutamos de un día perfecto en el que nos transportamos a los tiempos de la cultura ibérica en el mismo escenario donde lo hicieron los antiguos pobladores.
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